Abre los ojos.

lo único que viene a este mundo es nuestra presencia.

 

Latidos en mi pecho, calor, la oscuridad, aire en mis pulmones, conciencia…

 ¡Un cuerpo!

Siento el peso de mi cuerpo, que aunque con mi presencia se eleva, es finito, un receptáculo,

 ¡habito en un cuerpo! Percibo el mundo atreves de sus sentidos,

¿Humm… un mundo en donde necesito un cuerpo?

siento el torrente de información inundar mi ser,

¡yo también soy este cuerpo!

 

 Roso mi mano percibo lo tocado, recibo, pero también caigo en cuenta que aquello que toco siente el placer ante mi caricia,

 doy.

lleno del deseo por mi necesidad de placer de plenitud, percibo por primera vez el dolor,

 soy uno.

 algo me distrae oigo algo que viene de mas lejos de la frontera de mi cuerpo, un sonido, no sé que es, es inclasificable, pero me hechiza y extasía con su presencia, siento curiosidad hay algo más allá,

abro mis ojos,

un mudo en donde hay luz pero también sombras,

 la luz revela, la oscuridad oculta,

 cosas maravillosas se desvelan ante mí y cosas maravillosas se esconden ante mi presencia.

 

Somos bienvenidos en este mundo la madre tierra nos protege, acuna y ama,

somos parte de la naturaleza siento armonía al minimitarme con ella,

me siento en sintonía, con los  seres que forman  parte de ella,

la fuerza del viento que arrancar arboles, la poseo en mis venas,

 soy uno con ella y ella es mi madre.

 Y de todos los seres que han habitado, habitan y habitaran, has decidido ser un ser humano,

 nacido de hombre y mujer en una tribu, un nido, en donde te cuidan e instruyen con una antigua filosofía transmitida a través de nuestros ancestros.